solidaridad con el pueblo mapuche en lucha contra el capitalismo

Hacemos un saludo al pueblo mapuche organizado y en lucha, que enfrenta momentos complejos en plena escalada del enfrentamiento contra las fuerzas represivas del estado y en desigualdad de condiciones. Solidarizamos con la lucha de todos los pueblos que se encuentran en la vereda de los oprimidos, aquellos que no tienen cabida en el régimen político de cada país donde el capitalismo se ha fortalecido gracias al saqueo y la destrucción de los territorios, haciéndose de sus recursos sin importar cuantas culturas, personas o ecosistemas sea necesario desmantelar.

Nuestros respetos a quienes no bajan los brazos y resisten declarando la guerra a las forestales, la muestra del perverso rostro del capitalismo en las regiones de la Araucanía y del Biobío, cuya devastación ecológica enriquece absurdamente los bolsillos de los grandes grupos económicos, principalmente al duopolio Angelini – Matte (propietarios de al menos el 70% de la superficie forestal). Mismo rostro que muestran las salmoneras presentes mayoritariamente en las regiones de los Ríos y los Lagos donde gracias a la inyección de recursos del plan de reactivación económica del 2020 su producción está en aumento, generando miles de empleados precarizados que, por la propia incidencia ecológica del rubro acuícola no son fuentes laborales proyectables a largo plazo. En definitiva, el extractivismo obliga a los mapuche y los campesinos pobres a tener como fuente de trabajo estos mismos sectores con sus malas prácticas laborales y con sueldos paupérrimos.

Es en este conflicto geo-estratégico donde el estado burgués y los partidos del bloque en el poder muestran sus reales intenciones y forman todo un circo mediático, con el fin de mantener el patrimonio de los grandes terratenientes y el modelo extractivista que lo sustenta, a costa de la vida del pueblo.

Mientras hacen falsos llamados de paz y conducen a no movilizarse y defenderse ¿qué le toca a los mapuche y campesinos pobres? más de lo mismo, continuidad de condiciones de miseria. Tan evidente resulta que incluso vemos a las fuerzas públicas haciéndose cargo de la seguridad de privados, y particularmente de los privados más acaudalados del país. Ellos resguardan las zonas de sacrificio que son las generadoras de la devastación ecológica y miseria en términos económicos y sociales a su alrededor.

Por otra parte, así como durante dictadura la tarea del Estado fue quitar tierras de importancia silvícola en un contexto de altos niveles represivos tanto en la ciudad y el campo, la tarea de la concertación fue sostener dicha represión, pero ahora en forma sistemática y focalizada en las comunidades que se organizaron para recuperar lo quitado. Ya son tres décadas de presencia de policía militarizada en la región, tiempo en el cual se han realizado montajes como la operación huracán, causas armadas, allanamientos indebidos, procedimientos judiciales negligentes, entre otros hechos repudiables. Esto todo es posible no a causa de individuos de la institución policial que se “excedieron” en algún procedimiento, sino por el margen de acción y la inyección de recursos en inteligencia, que son producto de la política de Estado que implementó el gobierno de la concertación.

En pocas palabras, la represión en la llamada “macrozona sur” ha sido sostenida, sistemática y focalizada desde la década de los noventa hasta la fecha, además las responsabilidades políticas de dichas medidas (aún parte de la escena política), mantienen su férrea defensa al modelo extractivista, y no ofrece forma alguna de reparación y justicia al pueblo mapuche. Dado este panorama pareciese ineludible que sigan aumentando los niveles represivos en el mediano plazo. Dicho esto, solo nos queda reiterar nuestro saludo y solidaridad con el pueblo mapuche organizado y en lucha contra el capitalismo y quienes lo sustentan.