Las directivas burocráticas de los partidos tradicionales de la izquierda chilena defraudan las esperanzas de los trabajadores; en vez de luchar por el derrocamiento de la burguesía se limitan a plantear reformas al régimen capitalista, en el terreno de la colaboración de clases, engañan a los trabajadores con una danza electoral permanente, olvidando la acción directa y la tradición revolucionaria del proletariado chileno. Incluso, sostiene que se puede alcanzar el socialismo por la «vía pacífica y parlamentaria», como si alguna vez en la historia de las clases dominantes hubieran entregado voluntariamente el poder.
Declaración de Principios del MIR, En el I Congreso Fundacional de 1965